5 discos que debes escuchar antes de morir: ¿Cuál faltó?
Las grandes bandas del rock realizaron obras de arte que se codean de igual a igual con los mayores artistas de la historia: Cuáles son esos discos
¿Cuántas veces podrías leer “El proceso”? ¿Y “Cien años de soledad”? ¿Cuánto tiempo podrías ver el “Guernica”, cuántas interpretaciones podrías hacer de sus insólitas formas? El rock hizo obras a esa altura. Entonces, hay muchas maneras de decirlo: Si deberías irte a una isla desierta con un solo disco, ¿cuál te llevarías? Mira que es para escucharlo por siempre, ¿eh?
La cuestión es así: el guía del Canal Rock es bien dramático y prefirió ponerlo en otros términos: elegir un disco para escucharlo no toda una vida… sino una eternidad. O sea, un álbum para llevarse al monoplaza, al pijama de madera, para compartir con los ángeles, o tratándose de rock, con los muchachos de abajo.
Le dijimos: un disco. Ese disco. Pero no quiso saber nada de uno sólo y al final aflojamos un poco: ¿Puedes hacerlo con cinco? Pudo. Estos son.
Help! (1965)
John comenzaba a ahogarse con la fama fácil de los flequillitos, las chicas aullando y comenzaba a extrañar. El venía de los barrios obreros, ya había probado cigarrillos ilegales y, muy importante también, su compañero Paul tenía escrita una nostálgica pieza llamada, por supuesto, Yesterday. Era el momento justo para que Los Beatles empezaran a salir de su lugar de confort. La cosa iría tan en serio que los cuatro músicos terminarían extremistas en sus principios. Pero en esta placa se mantiene el equilibrio exacto que gusta a todos los fans de todas las etapas diversas de los Fab Four. Hay temas rapiditos y hay temas adultos, el equilibrio exacto. Los Beatles comenzaban a hacer fuerte una sensación creciente: que el rock había llegado para quedarse y, de paso, cambiarlo todo: una auténtica revolución.
Exile on Main street (1972)
Las anécdotas de la grabación de este maravilloso álbum doble son tantas que llevaría un artículo para él solo. Lo cierto es que, huyendo del fisco británico, los Rolling Stones hicieron parada en el sótano de una mansión en Nelcôtte, al sur de Francia. Las imágenes de aquellos días hablan por sí solas: los músicos tocando en cueros, durmiendo en el suelo, las bellas novias de cada uno de ellos en ropa interior, muchas drogas y mucho alcohol. La placa es reconocido por el mundillo rockero como el disco, valga la redundancia, más rockero de todos los tiempos.
Led Zeppelin IV (1971)
Ni siquiera se llama así, pues no tenía nombre. El título eran unos símbolos (¿satánicos?), pero muchos los llamaron por el orden, tras la enumeración de las tres primeras placas. ¿Por qué este disco y no alguno de los otros de la banda? Zeppelin llegó a su cumbre máxima tras buenas placas y alcanzó a editar este álbum donde florece el rock and roll justo antes de que la tragedia se encaprichase con la banda. ¿Quieres oírlo todo? Esta aquí: el mejor guitarrista de la historia (Page), el mejor baterista (Bonham), el vocalista más desenfrenado (Plant), “Rock and Roll” y “Stairway to heaven”. Un disco sin fecha de vencimiento.
A day at the races (1976)Es posible que los discos escogidos no sean los mejores de cada banda. Pero fueron seleccionados por un motivo: eran para ser escuchados para siempre. A riesgo de no aburrir, debían ser placas eclécticas, variadas, que marcaran la mayor amplitud de abanico de las posibilidades de cada grupo. Queen lo hizo todo en este maravilloso álbum. Hard rock, music hall, gospel y un conmovedor coro. De la guitarra atronadora del comienzo con “Tie your mother down” hasta el crescendo imperturbable de “Teo Torriate”, en el medio hay sitio para una búsqueda incesante de sonidos, melodías y armonías. Y la gema, la perla en la ostra: “Someboy to love”. Dicen que es rock. Pero podría ser catalogada como Música Total: ese rótulo le calzaría mejor.
Use your illusión (1991)La elección de la discordia. El guía tenía lugar para un solo disco más y en la redacción los fans se peleaban: “Wish you were here” y “The wall”, reclamaban los fans de Pink Floyd; “Tommy” y “Quadrophenia”, los de The who. Hubo un desubicado que pidió por “Nevermind”, de Nirvana y los amantes del rock clásico se lo quisieron comer crudo. Pero al guía le gustó algo de esa sugerencia. “No podría escoger ese álbum, porque es demasiado doloroso y tiene poca variedad de colores, pero hay otro disco de los 90s…” Después de pasar por todas las grescas, robos callejeros y uso desvergonzado de mujeres, los Guns N´Roses se decidieron a hacer un álbum serio. Ellos, que habían regresado al rock a la música realista tras años de glam y show, viraban de vuelta el timón, dejando confundidos a los fans. En realidad aquella fue una decisión exclusiva de Axl Rose, tan arbitraria que haría volar a la banda en pedazos. ¿Por qué este álbum? El guía se contradijo de modo consciente al explicarse: “Odio eso de todo tiempo pasado fue mejor, aunque es cierto que este álbum es el último gran disco de la historia”. Una última pregunta, la que se hacen todos: ¿Por qué no está “Dark side of the moon” en la lista? El hombre se encogió de hombros: “Me aburre Floyd”. Lo dicho: rock and roll.